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    La asamblea semanal es cada miércoles desde las 11:00 horas en el Casal Ca n’Alonso, en calle Castellarnau nº4, 07004 -Palma

    Llamar al teléfono de la PAH Mallorca, 689 90 61 87, para mas información.

    ¿Que es la PAH?

    La PAH somos una asociación totalmente gratuita (así como lo son todos los recursos que esta proporciona) que agrupa a activistas solidarias y a personas con dificultades para pagar la hipoteca, el alquiler, viven en un piso recuperado y quieren regularizar su situación o que se encuentran en proceso de desahucio.

    La Plataforma de Afectadas por la Hipoteca nace en Barcelona, en febrero de 2009, con la intención de dar una respuesta ciudadana a la situación de aquellas personas que, ya entonces, empiezan a no poder pagar la hipoteca y ven cómo el banco les puede reclamar una deuda elevadísima, incluso después de perder la vivienda.

    Más de 10 años después, podemos decir que la PAH es un movimiento ciudadano apartidista, articulado en más de 226 nodos en todo el Estado, en el que personas directamente afectadas y personas solidarias se organizan juntas para denunciar y cambiar esta situación. La PAH lleva a cabo acciones en muchos campos diferentes (político, mediático, judicial, comunicativo, acompañamiento, entre otros) para promover cambios legales que den respuesta a la vulneración de derechos fundamentales que sufren las personas afectadas; y en un marco más amplio, proponer soluciones para hacer efectivo el derecho a la vivienda para toda la ciudadanía.

    La injusta y dramática situación por la que han pasado y pasan las numerosas personas afectadas es consecuencia directa de políticas públicas creadas para convertir la vivienda en un negocio, en lugar de asegurar que esta sea un derecho garantizado por ley. A su vez, las entidades financieras, en connivencia con el poder político, se han asegurado una legislación que las sobreprotege y han conseguido beneficios multimillonarios mediante la concesión de préstamos hipotecarios. Por ello, desde la PAH denunciamos a la élite política y financiera como los principales culpables de la situación actual.

    En realidad, todas somos afectadas por la vivienda: los distintos Gobiernos que han promovido la burbuja inmobiliaria, la estafa hipotecaria y la mala praxis bancaria son claramente el origen de la crisis que hoy condena a millones de personas al paro y la precariedad. Mientras tanto, el Gobierno nos recorta derechos básicos como sanidad o educación para seguir rescatando a los responsables del desastre.

    Sin embargo, si bien es cierto que nos afecta a toda la ciudadanía, con el término “afectadas” nos referiremos a las personas que hoy se enfrentan al difícil momento de no poder pagar la hipoteca y al procedimiento de ejecución hipotecaria, así como a la grave violación del derecho a la vivienda que supone un desahucio por no poder pagar su casa, ya esté en régimen hipotecario o de alquiler. Actualmente, el 65 por ciento de los desahucios que se producen ‒60.000 solo en 2018‒ ya son por impago de alquiler debido al abuso con los precios, lo que está generando una nueva burbuja que amplía en mucho el término afectadas.

    La PAH es un espacio de encuentro, de apoyo mutuo y de confianza, en el que todas las personas pueden ayudar y ser ayudadas.

    Así pues, la principal batalla concreta que inició la PAH desde el principio fue combatir una legislación injusta y anómala, con el fin de buscar soluciones que dieran respuesta a las personas afectadas por la estafa hipotecaria. Para lo cual se propusieron tres medidas de emergencia, de mínimos: la paralización de los desahucios hasta encontrar soluciones definitivas, la dación en pago retroactiva para aquellas personas que no hayan podido o no puedan hacer frente a los pagos de su vivienda habitual, y la creación de un parque público de alquiler social con aquellas viviendas embargadas en manos de los bancos y, especialmente, de la Sareb, el llamado “banco malo” que, con dinero de toda la ciudadanía, ha comprado miles de viviendas embargadas por las entidades financieras para malvenderlas a fondos especuladores.